Graffiti. Valparaíso

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Tour Sorellas

El mejor plan es no tener plan.
Esta vuelta llevo pasajera.


miércoles, 29 de febrero de 2012

La matematica en vano

Resulto ser que a las 3 de la tarde empezaba la un cursito de perfeccionamiento que se me dió por hacer y la mesa en el industrial estaba por la mitad.
A las cuatro salí para la facultad llegando tarde a sabiendas a algo que supuse una clase inaugural.
No, no era una clase inaugural lo que encontré después de dar un montón de vueltas por nerland.
Era una clase de matemática posta.
Me senté en la primera fila en un aula que tenia cerradas las persianas con candado y el pizarron de fibra que tanto me exaspera.
Estaba la profesora repasando series, lo único que me acordaba de hace un cuarto de siglo atrás era "toda serie de términos positivos es convergente o divergente pero nunca oscilante" con la que garpe bastante al hacer 3 intervenciones acertadas.
Me entré a desesperar porque las series no sirven absolutamente para nada, ponele para demostrar un par de paradojas griegas repelotudas de hace 2500 años cuando las matemáticas debían ser lo mas flashero que existía, pero hoy en día... al pedo mal.
La temperatura exterior era óptima para tomar mate en el patio mirando el Gualeguay.
En fin, supuse que a las 5 terminaría mi tormento, pero no... ni miras de terminar.
Me agarraron unas tremendas ganas de cortarme las pelotas que no tengo y tampoco tenía tijera o trincheta así que desesperé más. Agravado con que no podía irme porque tenía que ver que días eran las otras materias.
Por suerte en el camino de la escuela me habia tomado medio litro de jugo y me dieron ganas de ir al baño.
En el baño habia una tipa que la tenía vista en mi nefasta época universitaria con su hijito que tiró un montón de veces el agua porque "no se le iba caca" hasta que al final se fue.
Me causo gracia la conversación y me reconpuse.
El baño tenía papel.
No había llevado ni lapicera ni cuaderno como para anotar esas cosas que van pasando por mi cabeza cuando tengo la sensación de estar adentro de una película así que la comunicación visual con la tipa era máxima.
En un momento preguntó: Los estoy aburriendo? y como estoy contagiada de la espontaneidad de mis alumnos dije : Uf! Si, un montón.
Claro, dijo, esto todos lo han estudiado en la carrera. Denme unos minutitos más, que fueron 20, así redondeo el tema.
Me perdí mal y no pude seguir metiendo bocadillos.
Total, terminó la clase y como cierre todos dijeron que las series no sirven para nada, o sea no era una idea loca de mi compañera de cajón o mía.
Por suerte se me superpone el horario, igual es muy difícil hacerme sentir culpable a estas alturas.
Agradezco haberme dado cuenta de mi vocación verdadera a tiempo.