Graffiti. Valparaíso

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Tour Sorellas

El mejor plan es no tener plan.
Esta vuelta llevo pasajera.


miércoles, 22 de agosto de 2012

Las señoras.

Resulto ser que me fui en micro a Buenos Aires porque me sale más barato y no me estreso.
Fui a sacar entradas al teatro, mientras esperaba había dos señoras.
Una señora era atendida y no se acordaba ni cuantas amigas la acompañaban ni cuando quería ir, mientras la otra señora me miró y me hizo cómplice de su fastidio.
Era una de esas señoras flaquitas de repeluquería, con camperita de cuero, botitas y maquillada antes del mediodía.
Siempre tuve un inútil éxito con las ancianas, me dan charla, toda la vida.  A lo mejor porque las mujeres con el tiempo se transforman en brujas sabias y en su sabiduría saben detectar las novicias en el brujisterio.
No sé.
Luego de decir pocas palabras me contó que antes venía gratis porque su hijo había sido el presidente del banco Ciudad y le daban entradas. Le chapeo con eso a la boletera y le preguntó por antiguos empleados que habían sido amorosos con ella.
La boletera es una mujer paciente.
Me volví asegurándome que jamás sería una vieja plomo como aquellas señoras.
Me tomé el micro y en la parada siguiente subió otra señora que al verla me flasheo la idea: "yo voy a ser así cuando sea vieja"
No sé porque, ni siquiera pronunció palabra pero fue así.
Al rato saco de su bolso un cuaderno gloria y se puso a escribir un poema con una lapicera Bic.
No sé si los versos salían de su memoria o de su imaginación, empezaba con algo del "camino a la muerte" y entre la movida caligrafía micrera adivine la palabra "longevidad".
Escribió una página y guardo el cuaderno para mandar mensajes con el celular.
No sé, al final pensé que iba a Capital a hacer un trámite y se me altero la conciencia todo el día.
Me dió como un escalofrío.