La gente vacaciona y quiere experimentar experiencias extremas.
Una ingeniosa diversión consiste en meterse adentro de una bolsa de plástico que es inflada y luego arrojada a una piletita.
Adentro caminas, te caes, te tiras lo mas pancho y así te pasas un rato.
Resulto ser que unos padres se encapricharon en meter a su hijito a uno de esos artefactos a pesar de la resistencia del pibito.
El pibito fue metido en la burbuja, inflada y tirada al agua.
Pataleo, lloró, grito y nada. Los padres satisfechos se reían y festejaban mientras filmaban al pibito, que seguía llorando y pataleando.
Las gentes que observamos el espectáculo nos angustiamos de ver la escena.
Los padres seguian festejando. El pibito claudico en su pataleo y se resigno a sentarse a llorar en la burbuja.
Cuando los padres dieron por terminada la toma, calculo que porque se le acabo la memoria al celular con que filmaban lo sacaron de su encierro.
Quisiera haber sabido mas datos de la familia.
Seguro que el pibito no podrá estar nunca mas tranquilo en un lugar cerrado o flotando en agua.
A Freud le hubiese encantado tener el dato.
Lo tengo yo.
Vacacionar y tener experiencias extremas. Por mi paso.
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