Basta de siestas los domingos. Un poco de ejercicio aeróbico viene bien para el sistema cardiovascular.
Mi trayecto es hasta la segunda plaza mas cercana a mi casa.
Ah! Rejugada la gimnasia.
La feria te da alguna opción de shopping aleatorio, un regalo para alguíen que hace mucho no veo o para cualquiera de la bocha de amigos de geminis que empizan a cumplir la semana que viene.
El hacedor de cuchillos se me pone a enumerar las ventajas del acero no se cuanto sobre el acero quirurgico sin que le preguntara nada. Seguro supuso que las armas blancas garpan a la hora de entablar conversación. Un poco de razón tenía. Le cuento que mi papá hizo un cuchillo en la Antartida.
Con esto del insomnio también se te desarregla la comida y me tome un helado de almuemerienda.
El tipo que estaba adelante no saco número y cuando me tocaba a mi reclamo su turno.
Le hice un guiño al heladero como de "atendelo nomás, así mientras se le termina yo todavía tengo y mira con deseo el mío."
Entendió el mensaje porque me hizo un super helado que pese posta en la balanza y era de 280 gr, esa medida tiene que pesar 180 gr según me dijo.
Me siento a en las sillas de hierro y me siento una estrella de cine italiana de los 60 tomando su helado en Venecia un domingo que salió a pasear tratando de pasar inadvertida.
Entran dos alumnos que me saludan y completan mi fantasía.
Tendrían que venir envases de cuarto kilo comestibles.
La mayoría de la gente pide cuarto para comer ahí y se descarta un montón de telgopor solo por los diez minutos que dura el helado. (Es una idea genial, tendría que patentarla)
Llegue a mi casa y la tarde continuo flashera.
La próxima voy a llevar una mesita y las cartas y no tendrá desperdicio.
A mi alrededor ocurren cosas extrañas, no se si yo provoco esos espacios o si soy atraída por ellos.
Lo lindo es que los domingos no son más aburridos y no se como lo logre.
La imagen puede que tenga derechos de autor. Gracias
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