Veramente tropisimamente.
El asunto es que tener que pedir dos meses antes, llegar dos horas antes, que te cachen la policia, que te tomen el pelo los guardias suizos y fumarte el mismo discurso en 9 idiomas.
Pero entra Francisco y es como que entra una estrella de Rock.
La sala de la audiencia vibra.
No sé, es genial.
Termina el show y pasa a saludar al sector de los argentinos, te parece que lo vas a ver a dos cuadras pero te agarra la mano, le tocas la cara, te sonríe y todos sonrien.
No sé, es genial.
Te olvidas de las fotos.
Tiene la piel suavecita.
A todo el mundo se le caen las lágrimas, te haces amigo del que tenes al lado.
Y al final aunque vos te quedes muda el de al lado le dice: Cuidate Francisco!
Y el tipo dice: Recen por mi! Ustedes recen por mi!
Chau! Qué mas se puede pedir.
El máximo de la diversión gratuita.
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